Recorrido a pie - Barrio de Notre-Dame

El Gran Trianón fue diseñado en 1687 por Jules Hardouin-Mansart para permitir al rey Luis XIV escapar del lujo excesivo de la Corte y preservar allí sus amores. De hecho, el lugar desprende una sensación de intimidad y refinamiento.El palacio se inspira en la arquitectura italiana y te invita a la poesía y al paseo tranquilo. Fue construido sobre el antiguo Trianon de Porcelana de Luis XIV. Un pequeño dato curioso : en el pasado, el Gran Trianon estaba rodeado por miles de flores en macetas, que se cambiaban todos los días. Hoy en día, esta tradición aún se mantiene en cada estación. El espectáculo era realmente único : podías ver parterres llenos de flores de todos los colores y percibir una gran variedad de aromas. Más adelante, el Gran Trianón fue frecuentado por Napoleón Bonaparte y por los presidentes de la República. De 1962 a 1966, el General de Gaulle encargó a André Malraux, entonces ministro de Asuntos Culturales, la restauración del Gran Trianón.

El Petit Trianon fue construido entre 1763 y 1768 para el arquitecto Gabriel, pedido por Madame de Pompadour, amante y amiga del rey Luis XV.Madame de Pompadour, que quería "distraer al rey" aunque ya no fuera su amante pero seguía siendo su amiga, fue quien impulsó la construcción de este pequeño palacio. Gabriel lo edificó entre 1763 y 1768, cerca del Jardín Botánico y de la nueva pajarera, ya que Luis XV se interesaba mucho por las ciencias. Para agradar a la marquesa, siempre a la vanguardia de la moda, el arquitecto del rey rompió con la estética rococó y adoptó para el edificio una forma cúbica de líneas muy puras, según el nuevo estilo de moda conocido como “a la griega”. Su simplicidad es sólo aparente, porque cada una de sus fachadas es diferente, diseñada en función del espacio al que se orienta : el patio, el jardín francés con su encantador pabellón, el jardín botánico y el jardín de flores. Incluso dentro del edificio, vas a encontrar una modernidad de estilo. Más sencillo que el resto del dominio, la decoración del Petit Trianon no se basa tanto en los materiales utilizados, prácticamente no hay dorados, sino en la delicadeza de sus esculturas, en un palacio completamente dedicado a la naturaleza. Madame de Pompadour, que falleció en 1764, no llegó a ver terminado este palacete. Hoy en día, el Pequeño Trianon conserva sobre todo el recuerdo de María Antonieta. En efecto, en 1774, Luis XVI le ofreció el dominio de Trianon a su esposa, y ella pudo llevar allí una vida alejada, quizás demasiado para algunos de la corte.

Cautivadoras, inesperadas y llenas de encanto, estas casitas del siglo XVIII te invitan a perderte por sus callejuelas llenas de historia.Entre la calle Royale y la calle d’Anjou, los Carrés Saint-Louis forman uno de los rincones más pintorescos y auténticos de Versalles. Este curioso conjunto urbano fue ideado durante el reinado de Luis XV, con la intención de crear un mercado adicional al ya existente en el centro de la ciudad. Las pequeñas casas, de una arquitectura sencilla pero armoniosa, fueron construidas para albergar comerciantes y dar vida a esta nueva zona de actividad. Con el paso del tiempo, muchas de estas construcciones fueron reconvertidas en viviendas, y desde hace unas dos décadas, este tranquilo rincón ha recuperado todo su esplendor gracias a cuidadosas restauraciones. Aunque algunas casitas situadas en las calles Marché Neuf, del Occidente, del Oriente o de la Santa-Familia eran demasiado frágiles y antiguas para ser conservadas, el conjunto ha logrado mantenerse como un testimonio vivo del urbanismo versallesco del siglo XVIII. Hoy, los Carrés Saint-Louis están catalogados como Monumentos Históricos y forman parte del valioso patrimonio de la ciudad. Pasear por sus callejones adoquinados, descubrir sus fachadas llenas de flores y respirar la atmósfera tranquila que reina aquí es una experiencia imperdible para quienes buscan el alma secreta de Versalles.

Adéntrate en el majestuoso universo de la catedral de Saint-Louis, obra maestra del barroco francés, y déjate maravillar por sus elegantes curvas, sus tesoros artísticos y su historia, íntimamente ligada al reino de Francia.Tras el regreso de la Corte a Versalles en 1722, cuando el joven Luis XV accede al trono, el barrio de Saint-Louis comienza a desarrollarse, concebido para equilibrar la ciudad frente al barrio de Notre-Dame. Se construyó entonces una iglesia provisional, antes de que se levantara, entre 1743 y 1754, la catedral actual, según los planos de Jacques Hardouin-Mansart de Sagonne, digno heredero de su ilustre abuelo, arquitecto de Luis XIV. Marcada por un estilo barroco audaz, en el que dominan las líneas curvas, los bulbos de la cubierta, las suaves ondulaciones de la tribuna del órgano, la iglesia fascina tanto como sorprende en una época en la que el neoclasicismo comenzaba a imponerse en la arquitectura. En 1764, se le añadió la capilla del Catecismo, obra de Louis-François Trouard, reflejando esta evolución del gusto. En su interior, un conjunto excepcional de pinturas encargadas a los grandes artistas del reinado embellece capillas y muros : François Boucher, Jean Restout, Jean-Baptiste Pierre, François Lemoyne… nombres prestigiosos que confieren a la catedral toda su nobleza artística. El órgano monumental, obra del célebre maestro organero Louis-Alexandre Clicquot, sigue dominando la tribuna, conservando aún los sonidos originales del siglo XVIII. Pero la catedral no es solo una joya arquitectónica : también es un testigo privilegiado de la historia de Francia. En 1789, aquí se celebró la misa de apertura de los Estados Generales, en presencia del rey Luis XVI, la reina María Antonieta y los diputados del reino. Tras los tumultos revolucionarios y el cierre de los lugares de culto, el Concordato de 1801 devolvió a Versalles su estatus episcopal, y fue la iglesia de Saint-Louis la que se designó como catedral. En el siglo XIX, las obras de restauración aportaron nuevos brillos : coloridos vitrales reemplazaron los blancos originales. En la capilla de la Virgen, destacan especialmente las vidrieras de la Anunciación y la Asunción, realizadas en 1848 por la Manufacture de Sèvres a partir de diseños del pintor Achille Devéria. Su delicadeza y luminosidad siguen cautivando hoy en día. Solemnemente consagrada en 1843, la catedral de Saint-Louis de Versalles está clasificada como Monumento Histórico desde 1906. Hoy en día, sigue siendo uno de los tesoros más destacados del patrimonio de Versalles, combinando esplendor artístico, fervor religioso y memoria real.

Regálate un paseo excepcional alrededor de la Pièce d’Eau des Suisses, un extenso estanque de 13 hectáreas excavado entre 1679 y 1682 por un regimiento de Guardias Suizos, de quienes recibe su nombre.Situado al pie de la calle de la Independencia Americana, en el límite del encantador barrio de Saint-Louis, este majestuoso estanque está abierto a peatones y ciclistas de 7 a 19 horas (último acceso a las 18:15). Diseñado para realzar la perspectiva sur del Palacio de Versalles, se encuentra en prolongación de la Orangerie y también desempeñó un papel clave en el saneamiento de los terrenos destinados al Huerto del Rey, creado en la misma época. Al final del estanque, descubre una fascinante réplica de la famosa estatua ecuestre de Luis XIV firmada por Le Bernin. Inicialmente no fue del agrado del Rey Sol, por lo que la obra fue transformada en un héroe antiguo y retirada de su vista, añadiendo un toque de historia y misterio a este lugar único. Rodeada de amplios céspedes verdes y bordeada por anchas avenidas sombreadas por magníficos plátanos centenarios, la Pièce d’Eau des Suisses es hoy un remanso de paz donde puedes relajarte, pasear o compartir un picnic en familia o con amigos.

¿Te encantaron los jardines «à la française» del Palacio de Versalles? ¡Entonces ven a pasearte por los amplios y tranquilos senderos del parque del castillo!El Parque cubre una superficie de unos 800 hectáreas, donde se suceden caminos rectos, zonas boscosas y campos cultivados. Delimitado por un muro salpicado de rejas y puertas, rodea el Castillo como un verdadero joyero de naturaleza. El Parque está abierto todos los días del año, salvo en caso de condiciones meteorológicas excepcionales (nieve, fuertes vientos, etc.). La entrada es gratuita para peatones y ciclistas, ¡así que no dudes en venir a disfrutarlo! Es también la ocasión perfecta para montar en bici alrededor del Gran Canal, a lo largo de sus orillas sombreadas, para un paseo agradable y relajante. También puedes aprovechar estos grandes espacios para hacer un picnic, ya sea solo, en familia o con amigos, en un entorno único y lleno de serenidad. Puedes entrar al Parque desde los jardines o directamente por una de estas puertas o rejas: - Reja de la Reina (Grille de la Reine), - Puerta Saint-Antoine (Porte Saint-Antoine), - Reja de los Marineros (Grille des Matelots), Cuidado : El acceso en vehículo es de pago por la reja de la Reina y la puerta Saint-Antoine.)

Construido entre 1678 y 1683 a petición de Luis XIV, el Potager du Roi (Huerto del Rey) es un ejemplo único del jardín alimentario francés de la época barroca, y sus misiones originales siguen vivas: producir, experimentar y transmitir.En pleno centro de Versalles, con una superficie de 9 hectáreas, este huerto es una obra maestra del arte del jardín regular a la francesa, pensado con fines productivos. Fue diseñado por Jean-Baptiste de La Quintinie por orden del Rey Sol. Hoy en día, está clasificado como Monumento Histórico y lleva el prestigioso sello de Jardin Remarquable. Forma parte integral del Dominio de Versalles, inscrito en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Desde el siglo XVII, los jardineros del huerto perpetúan el arte de la poda y cultivan una impresionante diversidad de frutas y verduras. Abierto al público desde 1991, el Potager du Roi es también el sitio histórico de la Escuela Nacional Superior de Paisaje (École nationale supérieure de paysage), que garantiza su conservación, gestión y desarrollo. En un contexto de transición ecológica, este vínculo le permite afirmar su identidad como lugar pionero desde su origen: producción urbana enfocada en los circuitos cortos, cultivo experimental con técnicas innovadoras como la agroecología, y un compromiso fuerte con la formación, la investigación y la creación. Una programación rica y variada El Potager du Roi es un verdadero lugar de encuentro, de cultura y de intercambio. Aquí puedes disfrutar de actividades para todas las edades: jardín, cocina, danza, teatro, música, arte… ¡y mucho más! En colaboración con la ciudad de Versalles, eventos como Esprit Jardin reúnen amantes de la jardinería. El Mois Molière te permite (re)descubrir obras clásicas en un entorno extraordinario. Y con Les Saveurs du Potager, se pone en valor la riqueza de frutas y verduras cultivadas aquí mismo. Visitas, talleres y formaciones Cada fin de semana de abril a octubre, a las 11h, 14h30 y 16h, puedes participar en visitas guiadas para descubrir la riqueza del lugar junto a guías profesionales, jardineros apasionados o estudiantes de paisaje. Además, se ofrece un amplio catálogo de talleres y formaciones breves como El Huerto natural, Diseña y cultiva tu jardín o Plantas medicinales, abiertos al público general. (Visitas disponibles únicamente en francés). Fórmate parte del Potager con la Clé du Potager Gracias a la tarjeta anual de membresía Clé du Potager, puedes acceder libremente al huerto durante todo el año y disfrutar de descuentos exclusivos en la boutique-librería del sitio. Hazte voluntario ¿Te gustaría involucrarte más? Puedes ser voluntario y participar en diversas actividades del huerto: labores de mantenimiento, ayuda en el jardín, apoyo en eventos culturales… ¡una forma única de vivir el Potager desde dentro! La boutique-librería La tienda-librería del Potager propone a la venta productos frescos cosechados allí mismo, además de transformados como jugos, mermeladas, miel, coulis… ¡y hasta cosméticos a base de plantas del jardín! Según la temporada y los mercados, podrás encontrar productos variados y de calidad. La librería cuenta con más de 800 referencias especializadas en jardinería, ecología, cocina, agricultura y paisajismo.

A dos pasos del Palacio, estás en un lugar emblemático de la historia de Francia. Aquí, en la Sala del Juego de Pelota (Salle du Jeu de Paume), todo comenzó. El 20 de junio de 1789, 578 diputados de los Estados Generales juraron no separarse hasta haber dado una Constitución a Francia. Ese juramento marcó el verdadero inicio de la Revolución Francesa.Come and discover one of the key landmarks of the French Revolution: the Salle du Jeu de Paume. Built in 1686 to entertain the court, this hall dedicated to jeu de paume—the ancestor of tennis—is today famous for having witnessed a historic turning point: the Tennis Court Oath. On June 20, 1789, 578 deputies of the Estates-General proclaimed themselves the National Assembly and swore not to separate until they had given France a constitution. The idea of replacing the Salle du Jeu de Paume with a commemorative monument dates back to the Revolution, but no project was carried out until 1880, when the hall was transformed into a museum to mark the centenary of this decisive event.

En Versalles, ir al mercado es mucho más que un simple acto cotidiano : es perpetuar una tradición de varios siglos, marcada por los colores, los sabores y la convivencia.Desde 1561, cuando el señor de Versalles, Martial de Loménie, obtuvo la autorización para establecer ferias y mercados, la ciudad no ha dejado de hacer vivir este espíritu acogedor en el corazón de sus barrios. Aún hoy, cada día de la semana, los mercados de Versalles dan vida a la ciudad. Desde el emblemático mercado Notre-Dame hasta el de San Luis, cada barrio tiene su propia atmósfera y su clientela habitual, reunida en torno a productos frescos, locales y de calidad. Verdadero cruce de vida, el mercado Notre-Dame, elegido "el mercado más bonito de Isla de Francia", encarna esta efervescencia. Desde el siglo XVII, ocupa el mismo emplazamiento elegido por Luis XIII, quien deseaba unos mercados cubiertos funcionales y protectores para comerciantes y mercancías. El mercado Notre-Dame está compuesto por pabellones cubiertos (abiertos de martes a domingo) y por los famosos "Carrés" al aire libre, donde cada semana se instalan productores ecológicos, comerciantes de alimentación y no alimentarios. Espacio vivo y en constante evolución, se adapta a las nuevas tendencias de consumo : consumir mejor, comer sano, favorecer los circuitos cortos y los productos responsables. Desde 2016, el Carré Bio ha tenido un éxito creciente, y desde 2018, las banderolas identifican claramente las producciones locales, ecológicas o razonadas. Pero el mercado de Versalles también es una experiencia para vivir. Se pasea entre los puestos buscando productos de temporada, se encuentran los vecinos en torno a una degustación, se descubren restauradores apasionados que realzan los productos de los artesanos del sabor. Nuevos espacios de restauración han ido apareciendo : Carré à la Marée, Carré à la Farine... para prolongar la visita con una pausa gastronómica. La oferta no termina ahí : los puestos no alimentarios también proponen ropa, accesorios, pequeño electrodoméstico, artesanía o servicios prácticos (reparación de bicicletas, relojería, costura…). Cada visita es una oportunidad para hacer buenas compras o descubrir un nuevo expositor. En Versalles, los mercados no son solo lugares de compra, son lugares de encuentro, de intercambio, de transmisión. Lugares donde el pasado convive generosamente con el presente, en el corazón de un arte de vivir siempre muy valorado. Halles Notre-Dame (mercado cubierto): De martes a sábado, de las 7:00 a las 13:30 y de las 15:00 a las 19:30 Domingo, de las 7:00 a las 14:00 Cerrado los lunes Carrés Notre-Dame (mercado al aire libre): Martes, viernes y domingo, de las 7:30 a las 14:00 Mercado no alimentario: Miércoles, jueves y sábado, de las 11:00 a las 19:30

La sobria belleza de la arquitectura de la parroquia del Rey Sol y las extraodinarias obras que alberga son de visita obligada.La ciudad de Versalles tuvo como parroquia una iglesia de Saint-Julien, situada en el barrio del Viejo Versalles. Cuando se creó el barrio de Notre-Dame, se decidió trasladarlo al norte del Castillo de Versalles y se construyó una modesta iglesia, todavía bajo el patrocinio de Saint-Julien. Pero la instalación de la corte en Versalles en 1682 modificó el estatus de esta parroquia que pasó a ser la del rey: de hecho, todos los habitantes de la ciudad dependían entonces de una única parroquia, y en su dependencia estaba la Capilla Real. La iglesia de Saint-Julien era demasiado modesta y en 1684 se inició la construcción de una nueva iglesia según los planos de Jules Hardouin-Mansart, el famoso arquitecto del Rey Sol. De estilo clásico muy sobrio, la iglesia fue terminada en un tiempo récord (a partir de 1686), por lo que fue utilizada por los habitantes, pero también por la Corte. Los vínculos del rey con la iglesia de Notre-Dame se materializan en los registros parroquiales, en los que se inscribían los certificados de bautismo, matrimonio y defunción de los miembros de la familia real. Así encontramos el certificado de defunción del rey Luis Durante la Revolución Francesa, la iglesia se convirtió temporalmente en catedral de la nueva diócesis de Seine et Oise, luego Templo de la Razón, y fue despojada de todos sus ornamentos. Vuelto al culto en 1800, fue reformado y recuperó así su sillería y su espléndido altar pintado encargado por el rey Luis XIV a Michel II Corneille y dedicado a la Asunción de la Virgen, fiesta patronal del reino. También conserva su púlpito original y su caja de órgano, así como un bello conjunto de esculturas creadas por miembros de la Real Academia de Pintura y Escultura bajo el reinado de Luis XIV, y pinturas de los pintores del rey Jean Restout, Carle Van Loo, Louis de Boullogne, Joseph Suvée, Nicolas Brenet… En el siglo XIX, la iglesia de Nuestra Señora fue equipada con una capilla central dedicada al Sagrado Corazón, en cumplimiento de un deseo expresado durante la epidemia de cólera que asoló Europa en 1832, pero que salvó a Versalles. De planta circular, prolonga el edificio hacia el norte. Toda la iglesia, que inicialmente figuraba simplemente en el inventario de monumentos históricos, fue clasificada en su totalidad en 2005.

Ubicada en el majestuoso entorno de la Gran Caballeriza del Castillo de Versalles, la Academia Ecuestre de Versalles es mucho más que un lugar de doma: es un laboratorio vivo de creación artística, fundado en 2003 por Bartabas, maestro del teatro ecuestre.Dentro de los muros que antaño albergaron a los corceles del rey Luis XIV, la Academia Ecuestre reúne hoy una treintena de caballos y actividades ecuestres y artísticas, lo que la convierte en una institución de gran prestigio. En el Picadero de la Gran Caballeriza del Palacio de Versalles, la Academia presenta “La Voie de l’écuyère”, coreografiada por Bartabas y reflejo de esta compañía-escuela. Con una duración de una hora, este espectáculo no es simplemente un número de doma con música, sino una representación poética del camino de aprendizaje entre jinete y caballo. Fechas y horarios: A partir del 21 de febrero de 2024, todos los sábados (18 h) y domingos (15 h), así como los miércoles de las vacaciones escolares fuera del verano (15 h). Información: Espectáculo de 1 hora de duración. Recomendado a partir de los 6 años. Visita libre de las caballerizas después del espectáculo para los poseedores de entrada.

La Place Hoche es un lugar histórico de Versalles que originalmente se llamaba Place Dauphine.En el centro de la plaza se alza la estatua del general Lazare Hoche, esculpida por Henri Lemaire. La plaza también es popular por sus grandes castaños, que proporcionan una agradable sombra a los residentes locales.