Este petroglifo está situado en San Xoán de Tirán, en un pequeña roca al lado de la ermita de los Remedios, en la croa del castro del mismo nombre. El grabado consiste en una alargada y sinuosa serpiente.
Dentro del arte rupestre gallego son pocas las estaciones que tienen este motivo ya que la frontera entre un serpentiforme y una simple y zigzagueante línea a veces es difusa. No obstante, aquellos grabados inequívocamente serpentiformes aparecen asociados a poblados castreños. Su significado es asimismo complejo y cargado de un fuerte simbolismo relacionado con la caza, la virilidad, fecundidad, astros, etc. En Galicia, donde el pensamiento mágico está arraigado, se identifica a la serpiente con las mouras, mujeres hermosas y encantadas que habitan los castros y los dólmenes.