5. Las familias del Castillo

En la piedra armera ubicada en la primera puerta de entrada a la fortaleza, encontramos representada la unión matrimonial que va a permitir la consolidación del señorío de los Moscoso a partir del siglo XV y, continuando en el tiempo, a los señoríos de los Mariño y el Condado de Trastámara.

En la parte izquierda de este escudo de armas, observamos la cabeza arrancada del famoso lobo de los Moscoso, con las correspondientes gotas de sangre en la parte inferior. En la derecha aparecen los roeles de los Castro y los calderos de los Lara. Por lo tanto, esta imagen nobiliar es resultado de la unión de los Moscoso con una poderosa familia mediante el matrimonio con Juana de Castro y Lara.

Precisamente será el hijo de Rodrigo y Juana, Bernal Yáñez de Moscoso, desde su puesto de Pertigueiro Mayor de Santiago, el que comience las hostilidades con los obispos compostelanas, primero con Rodrigo Luna y después con Alonso II de Fonseca, llegando a tener preso a este último en la Torre Este del Castillo de Vimianzo. Pero no será él, sino su sobrino, Lopo Sánchez de Moscoso, quien extienda el señorío de los Moscoso por las actuales Tierras de Soneira y consiga el título de I Conde de Altamira.

En 1870 la hermana del XV Conde de Altamira vende esta propiedad a Ramón Martelo, presidente de la Diputación de A Coruña. Y será su hijo Evaristo, concejal de A Coruña y poeta en lengua gallega, el que acondicione el castillo como residencia de verano. Posiblemente es el responsable de la piedra armera de la que hablamos antes, como su interpretación nobiliar de la historia del castillo.