La Diputación de A Coruña compró el Castillo de Vimianzo en 1973 al Arzobispado de Santiago de Compostela por 600.000 pesetas de la época. Tendremos que esperar a la siguiente década para hablar del comienzo de los trabajos de restauración de la fortaleza, concretamente en los años 1984-86, centrados en la limpieza y consolidación de muros. Precisamente, en estas tareas de acondicionamiento de la parte central del patio de armas, surgen los pilares de 1,80 metros de ancho identificados como la posible torre del homenaje. Estos sorprendentes hallazgos dieron lugar a la realización de una excavación arqueológica rigurosa y sistemática para documentar esta etapa histórica del castillo.
Una nueva excavación, dentro de la segunda fase de restauración del castillo en 1988-89, dejó entrever nuevas estructuras murales por todo el patio de armas, y a un nivel arqueológico más antiguo que la primitiva torre del homenaje. De entre los más de 1.000 fragmentos de cerámica medieval encontrados, se recuperó una jarra trilobulada del siglo XI-XIII, varios apliques de hierro con el escudo de los Mariño Lobeira, dos monedas de cobre y restos de huesos de una escombrera. A falta de estudios más exhaustivos, parte de los restos de esta fase más antigua de ocupación del castillo podría estar relacionada con una herrería.
En la actualidad solamente encontramos consolidadas y restauradas la cimentación de la primitiva torre de homenaje en la parte central en el patio de armas, y una pequeña parte de la hipotética herrería, concretamente un área cuadrangular en las cercanías de la Torre del Este, interpretada como un posible horno de esta.