Les Remparts de Saint-Lô

Promontorio natural de esquisto, cortado por los valles del Torteron, Dollée y Vire, la roca controla este punto estratégico de encuentro de varias carreteras y un río navegable. Cuando Carlomagno llegó a la región en el año 800 d.C., se le atribuye la construcción de las primeras fortificaciones para proteger la ciudad de Saint-Lô de las invasiones normandas.

Desde la parte más alta de las murallas, en la Tour des Beaux Regards, que se eleva a más de 30 metros, se puede disfrutar de una vista panorámica de la parte baja de la ciudad, el Vire y los municipios vecinos.