
Se construyó poco después de 1614 con materiales tomados de la iglesia abacial cuando fue restaurada tras las Guerras de Religión. No se trata de un lavadero ni de un suministro de agua potable. El manantial fue utilizado ya en la Antigüedad por la villa romana situada más arriba en la colina. Es posible que fuera objeto de un culto doméstico, cristianizado en forma de creencia popular en sus propiedades curativas. A principios del siglo XVII, los monjes habrían acondicionado el lugar para alojar a fieles y peregrinos. Sin embargo, no hay constancia del uso que se dio a esta elaborada construcción, que sigue siendo un misterio. Al final de este paseo, le tocará a usted decidir.