Durante este trayecto se pasa por el borde de dos castros y dos más están en las inmediaciones. Son los castros de Bouzalonga, Vilalbarro, Os Vilares y A Santiña que se asientan al lado de este camino, lo que demuestra y corrobora la historicidad de este itinerario.
Un castro es un asentamiento estable y fortificado de la Edad de Hierro y que pudo seguir habitado en la época romana. Poco antes de entrar en el lugar de Oroso de Arriba (a la entrada del polígono industrial de Sigüeiro) y entre un frondoso bosque, está el castro de Os Vilares con su aspecto circular, sus terraplenes defensivos y su foso rodeando la “croa” o corona, que está cultivada.
En otro castro de Oroso, el de Recouso, se encontró un pequeño tesoro de joyas castreñas que se conservan en el Museo das Peregrinacións de Santiago de Compostela.