A la derecha del camino queda la localidad de Bordel y en ella hay una antigua torre o fortaleza. Se sitúa aquí una antigua leyenda denominada El tributo de las cien doncellas.
Dice que el rey Mauregato pactó con los musulmanes que ocupaban la Península Ibérica entregarles anualmente cien doncellas, mitad de ellas tenían que tener un origen noble y la otra mitad de procedencia humilde, con la condición de que no atacasen su reino. Las jóvenes eran recluidas en la torre de Peito Bordel, antes de ser embarcadas en la ría de Betanzos para su forzado cautiverio en la ciudad de Córdoba. Así durante unos años, hasta que le tocó a la hija de un hidalgo. Según una versión, el padre de la joven, que no la quería entregar, ideó un plan para acabar con tal deshonroso tributo. Según otras versiones serían los cinco hermanos de la joven los que idearon el plan. Se disfrazaron de mujer y se introdujeron entre las que iban a ser embarcadas, atacando a los musulmanes con ramas de higuera, liberando a las mujeres y poniendo fin a este tributo infame. Otra versión dice que se escondieron entre las higueras para atacar a los raptores. Por este motivo la hoja de higuera está en el escudo de la familia Figueroa. Esta leyenda también aparece en relación a la mítica batalla de Clavijo.