Dejamos la ciudad de Betanzos, que fue un núcleo importante en la Edad Media y capital de una de las siete provincias que conformaban Galicia en la Edad Moderna. Situada al fondo de la ría, era paso obligatorio para dirigirse a muchos otros lugares, no solo hacia Ferrol y el norte de Galicia, sino también hacia el interior, hacia Vilalba y Portomarín. Por aquí pasaba una vía romana y el camino real hacia Madrid. Fue un enclave importante y nudo de comunicaciones en los viejos caminos, también en los de peregrinación.
Así, pasa por Betanzos el obispo armenio, de nombre Martiros de Arzendjan, quien peregrina a Compostela en el año 1491. Este enigmático personaje, después de visitar la tumba de San Pedro, va a visitar la de Santiago el Mayor, pasando antes por Oviedo. Es desde esta ciudad que se dirige a Santiago pasando entonces por Betanzos y regresará por el mismo camino, después de ir hasta Fisterra y relatarnos la existencia de un curioso monstruo llamado “Vakner” que salía a los caminos y devoraba a la gente, aunque él tuvo la suerte de no encontrarlo.
De regreso de la peregrinación a Santiago pasa también por Betanzos el peregrino austríaco Christoph Gunzinger en el año 1665. Dice que Betanzos era una pequeña ciudad con buen pan, pero que el vino era de menor calidad.