A lo largo del camino nos encontraremos con numerosas fuentes de agua. Sólo en el trayecto de Fene se pasa por tres y hay una cuarta casi al lado, la fuente de O Campo. Ahora estamos delante de la fuente de A Casanova; en Mundín encontraremos otra.
Las fuentes son importantes elementos vinculados a los caminos, donde puede el caminante y el peregrino saciar su sed, refrescarse y descansar un momento.
Las fuentes tenían en el mundo rural una función utilitaria; en el mundo urbano y en las villas tenían también una función ornamental. El peregrino lo comprobará cuando pase por la Praza do Campo de la ciudad de Betanzos y contemple la fuente de Diana. Pero en el contorno rural también se encuentran fuentes con cierta estética y monumentalidad, como la que encontraremos en Gas (Paderne). La llegada de las modernas traídas de agua y la falta de población llevó al abandono y desaparición de muchas de ellas.
Las fuentes pueden ir acompañadas de construcciones complementarias, tales como un bebedero para el ganado, un lavadero donde ir a lavar la ropa que, normalmente es una simple piedra inclinada, pero a veces se forma una especie de piscina rectangular con lavaderos en varios lados y que puede estar cubierto (como en este caso). Algunas fuentes tienen una cruz u otros adornos como complemento. Hay fuentes donde habitan seres mitológicos, donde se dice que su agua es buena para curar enfermedades o donde se va para pedir que llueva.