La mámoa es el elemento primigenio, el punto de partida, de la arquitectura ornamental de la historia de Galicia. Mejor dicho, del territorio que miles de años después tendría el nombre de Galicia. La mámoa esconde mucho más que el impacto visual que se observa desde la superficie. Bajo esta construcción descansa una importante simbología y un grado de inteligencia y capacidad de abstracción creciente en el ser humano, en los hombres y mujeres que habitaban estas frías tierras hace 4.000 o 6.000 años, en el Neolítico.
Esta mámoa de As Requeixadas, en la parroquia de Priegue, es un símbolo funerario y cementerio, una evidencia de la trascendencia con la que la Humanidad, nuestra especie, se identifica. Aquí enterraban a sus muertos, en una cámara profunda protegida por paredes de piedra -unas pesadas losas llamadas ortostatos- y un techo granítico de grandes dimensiones.