Puente Cournon

En Cournon-d'Auvergne existen varios puentes que cruzan el Allier desde el siglo I antes de Cristo. Algunos restos de los antiguos puentes aún son visibles.
Cournon-d'Auvergne ya contaba con un puente romano sobre el Allier en el siglo I a.C., bajo Agripa (62-12 a.C.), para cruzar la vía militar de Lugdunum (Lyon) a Saintes vía Augustonemetum (Clermont-Ferrand). Se trataba de una ruta estratégica que atravesaba la zona de Cournon de este a oeste. Partiendo de la actual estación SNCF de Clermont-Ferrand, seguía el trazado de la línea férrea hasta llegar a la estación de Le Cendre, y luego pasaba cerca del río Ribeyre para unirse al Allier. Según el nivel del Allier, a veces pueden verse algunos restos de las pilas de este puente romano.

Posteriormente, se menciona un puente en varios textos del siglo XIII. Se dice que fue barrido a principios del siglo XV y, durante casi cuatro siglos, sustituido por un transbordador, que se convirtió entonces en la única forma de cruzar el Allier. En 1833, el ayuntamiento de Cournon-d'Auvergne decidió construir un puente colgante para sustituir al transbordador. Las obras comenzaron en 1837 y el puente se inauguró el 27 de junio de 1839. Este primer puente colgante fue diseñado por el ingeniero Kermaingant. Varios propietarios de Cournon d'Auvergne y Pérignat-lès-Allier se hicieron cargo de las obras a cambio de una concesión de peaje de sesenta años. Uno de ellos era el músico Georges Onslow (1784-1853), propietario del castillo de Bellerive (La Roche-Noire). Los pilares de piedra de lava de este puente aún pueden verse cerca del puente actual. Ha sufrido varias remodelaciones importantes, sobre todo a raíz de un accidente provocado por el paso de camiones estadounidenses en 1918, un episodio dramático que ha permanecido en la memoria local. El puente colgante fue sustituido en 1959 por otro de arco metálico y tablero de hormigón armado. Este puente sigue en servicio hoy en día y se amplió en 2023.