
En esta localización se encontraba la farmacia de Gumersindo Pardo Reguera, que era además pintor y el padre del mejor amigo de Picasso, Antonio. El niño andaluz acudía todos los días a recogerlo, y aprovechaba para ver las nuevas obras de Gumersindo, con el que el niño compartió varios modelos, como Pérez Costales o “La muchacha de los pies descalzos”.
Ahora que estamos en la farmacia de la calle Real, os voy a hablar de mis amigos... y también de alguna novia que tengo.
Mis mejores amigos aquí son Antonio Pardo Reguera y Constantino Sardina Muíños. Antonio va para fotógrafo. Constantino, que es el empollón de la clase, ¡para cura!
El padre de Antonio es farmacéutico, pero también pintor, como mi padre, y como yo.
Me gusta ir a la farmacia de la calle Real: recojo a Antonio y veo qué anda pintando su padre, don Gumersindo Pardo Reguera.
Gumersindo hace muy buenos retratos, y algún modelo compartimos: su hijo Antonio, Don Ramón Pérez Costales y una niña que me gusta mucho... Es una niña pobre, que va siempre descalza. Tiene los ojos muy grandes... Y sabañones en los pies.
Y también ando enamorado de Ángeles, la hermana de una compañera mía del instituto. Su padre es abogado. Ella no me hace mucho caso: le regalo dibujos de palomas, pero yo creo que los acabará tirando...
Autores del texto:
Elena Pardo y Rubén Ventureira