El lugar en el que te encuentras tiene nombre y apellidos: Laureano Salgado Rodríguez, uno de los mayores empresarios de Vilagarcía, aunque nacido en Caldas.
A finales del siglo XIX acumulaba proyectos como el Balneario de la Concha, la azucarera de Portas, el tranvía de Vigo, fue pionero de la producción eléctrica, consignatario en O Carril y Vilagarcía... Entre todas sus obras, una de las que tuvo mayor impacto para potenciar definitivamente el puerto de Vilagarcía fue la construcción del muelle del Ramal, que se unía al ya existente gran muelle de hierro.
Aquí, del lado de la Aduana se ve la vía de tren que derivaba desde la línea de Pontevedra, facilitando que los vagones pudiesen acercarse directamente al mar, donde se podían cargar fácilmente con grúas de vapor desde navíos y gabarras. La nueva línea férrea comenzó a funcionar en 1903, dejando definitivamente en la sombra el puerto de Carril.
Al lado de este Ramal ferroviario, controlando las mercancías, Laureano promovió la construcción del edificio de las oficinas y almacenes de la Aduana de Vilagarcía-Carril, para después alquilárselo a la Administración.
El diseño es de Jenaro de la Fuente, arquitecto que desarrolló gran parte de su trabajo en Vigo. En Vilagarcía dejó un edificio de estilo ecléctico, con ladrillo a la vista, poco habitual en la arquitectura de la época en Galicia.