


Hace 4 millones de años, la gigantesca erupción volcánica de los Monts Dores provocó un inmenso río de barro que sepultó toda la cuenca. Hoy en día, la erosión ha liberado este río, que, por inversión del relieve, domina el lecho del río. En 1824, numerosos fósiles de animales fueron descubiertos y Perrier fue, por varios años, el objeto de números estudios geológicos y paleontológicos. En la ladera de la meseta, cavas escalonadas han sido cavadas por el hombre. Sirvieron por mucho tiempo de hábitat, y más recientemente de bodegas. Un paseo acondicionado os permite descubrirlas.