Las murallas

Las partes galo-romanas se caracterizan por cadenas de ladrillo que se alternan con camas de pequeños electrodomésticos. Estos vestigios delimitan el lado norte de un castrum construido en el sur de la aglomeración a fines del siglo III.
Probablemente fueron utilizados como refugio para los habitantes en el momento de las invasiones bárbaras.

La torre de los Ballesteros es un ejemplo de la red de torres defensivas construidas en el siglo XV para fortalecer las fortificaciones de la ciudad. A partir de 1563, se concedió a la compañía de ballesteros que podían entrenar para disparar fuera de las murallas de la ciudad.

Se extienden más de 250 m a lo largo del Boulevard Jean Rose, al pie del Jardín Bossuet.

Erigidos a finales del siglo III, han sido reelaborados y ampliados muchas veces desde la Edad Media, especialmente en los siglos XIV-XV mediante la construcción de torres defensivas circulares a distancias más o menos regulares.

Nuestro buen plan: es posible pasar por alto las Murallas accediendo al jardín de las Murallas desde el fondo del jardín Bossuet (sábados y domingos, de mayo a septiembre de 2 p.m. a 6 p.m.).