
La parroquia de Santa Mariña está situada en una vaguada entre dos montes, a los pies del Monte Branco. La estructura de la villa se caracteriza por estar separada la vida familiar de la laboral. En la parte alta verás las viviendas y en la baja, el puerto tradicional con sus pequeñas embarcaciones de pesca. De hecho, la parte alta de la villa era una atalaya desde la cual se podían vigilar las invasiones.
Este puerto tiene ahora menos actividad, pero es a base de los percebeiros que faenan en estas costas. Si te coincide venir aquí con marea baja, los verás faenar en unas piedras cerca del puerto o de alrededor de sus embarcaciones escogiendo el percebe.
Otra curiosidad es que en el lugar que ahora se levanta la iglesia estuvo el monasterio benedictino -los monjes negros- de Santa Marina de Tosto, que llegó a reconstruirse hasta dos veces.
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