LAS LEYENDAS DE DUIO Y DE LA REINA LUPA

En este punto del camino, casi respirando el mar, te contamos dos de las muchas leyendas de Fisterra.

Cuenta la primera que en los alrededores del monte Facho estaba la antigua ciudad celta de Dugium (actual parroquia de Duio), inundada desde el s. I a. C. por una catástrofe natural o por castigo divino. En esa época, otra leyenda relata que el cuerpo del Apóstol Santiago fue traído hasta aquí para darle sepultura. Como castigo divino, la ciudad quedó sepultada para siempre. La tercera versión habla de que en el s. V, el rey suevo Rechila provocó un incendio contra los cristianos de Duio que destruían templos paganos.

La segunda leyenda es la de la Reina Lupa. De gran poder y riqueza, los discípulos de Santiago le pidieron un lugar donde enterrar el cuerpo del apóstol. La reina los engañó y los envió junto al sumo sacerdote del Ara Solis en Dugium, quien los encerró en prisión. Consiguieron huir gracias a la ayuda divina y acudieron de nuevo junto a Lupa, que les volvió a mentir. Los mandó al Pico Sacro a buscar bueyes que, en realidad, eran toros bravos que los discípulos lograron calmar. Ante este hecho, la reina se convirtió al cristianismo y el cuerpo del apóstol descansó en Compostela.

Leyendas o no, en la zona existen restos que nos hacen pensar en la existencia de una población pagana que se relaciona con la tribu celta de Dugium.

El “fin del mundo” tiene así más magia.