TRADICIONES AL FINAL DEL CAMINO

Una especie de halo rodea a todo aquel que entra en el recinto del Cabo Fisterra. Ya en el primer momento sabes que estás en un lugar lleno de simbolismo, incluso de misticismo, porque aquí, aparte de lo que ves, cada uno trae consigo su historia que cuenta al sol cuando se hunde en el océano o siente el viento y la fuerza de la fusión tierra-agua cuando pasea por el entorno del faro.

Pero sin duda, los que más ritos realizan en este promontorio que se adentra 3 km en el mar, igual que antes hicieron los celtas y romanos, son los peregrinos. La llegada al kilómetro 0 es el fin de su viaje a Fisterra. Después del Camino, lo propio es cumplir con varias tradiciones que sirven para finalizar de forma simbólica el Camino de las Estrellas, comenzando una nueva vida y liberándose de los pecados.

La primera es el baño en las aguas fisterranas de la playa de Langosteira. El objetivo es la purificación antes de la nueva etapa.

Después, la costumbre más arraigada es contemplar la maravillosa puesta de sol desde el alto del Cabo Fisterra (143 m). Hay quien prefiere grabar en una piedra los kilómetros recorridos.

Otra costumbre de moda es quemar la ropa y dejar allí las botas, pero recuerda, hacer fuego en el Cabo está prohibido y cualquier elemento que se deje en el lugar solo contribuye a disfrazar el paisaje natural donde se levanta el Faro de Fisterra.