Todos los veleros de tonelaje mediano llevan un molinete para la maniobra de les anclas. Antiguamente se giraba manualmente mediante palancas, con las que se hacia girar el molinete; hoy en día todo el conjunto es accionado por un motor, aunque se mantiene también el sistema manual.
El Museo Marítimo encargó la construcción de este molinete artesanal (réplica de uno antiguo, procedente del pailebote Buen Amigo, pieza de las colecciones del Museo), hecho a medida con madera de iroco, y con la mejor maquinaria hidráulica del mercado. El resultado es muy eficaz: permite una tirada de hasta 1.000 kg.
Otros barcos de mayor tonelaje montan un cabrestante, que es el mismo tipo de máquina, que cumple la misma función, pero lleva el tambor en sentido vertical. En los cabrestantes de acción manual, unas barras cruzadas en el extremo alto del cilindro giratorio (puede ser de un metro) permiten ser accionados por cuatro hombres y aplicarle la fuerza necesaria. Son parte integral, entre otras cosas, del equipamiento náutico.