Village de Bruch

Las dos magníficas torres que dominan el pueblo y los restos de las murallas que aún son visibles son testigos del tumultuoso pasado de la zona en tiempos feudales. Los orígenes del pueblo siguen siendo oscuros, pero el asentamiento se remonta al menos a la época merovingia (siglo V).
El pueblo se desarrolló a lo largo de la Edad Media, pasando de mano en mano, de señores franceses a señores ingleses y viviendo al ritmo de los episodios de la historia francesa, como las Guerras de Religión. Bruch es una antigua ciudad fortificada y conserva algunos restos de las murallas que protegían el pueblo. La Torre Norte, que data del siglo XIII, es una de las dos antiguas entradas al pueblo y le sorprenderá por su insólita arquitectura. Combina el estilo arquitectónico de los edificios de defensa con el refinamiento y la elegancia de los edificios señoriales.