Sarria se despide del peregrino con una última maravilla histórica. El río Celeiro los acompaña bajo este mágico puente medieval de tres arcos construido con trozos de pizarra y sillería de granito, piedra cultivada y viva, tapizada de musgo y liquen, pulida por los pasos de millones de almas que a lo largo de los siglos lo han cruzado para seguir su Camino a la sombra de los árboles que rodean su cauce.