Cuenta la leyenda que esta ermita fue concebida en este enclave por ser lugar milagroso y bendecido. Templo techado de pizarra, tejido por líquenes y escondido entre helechos, despunta en uno de los ecosistemas vegetales más valiosos y ancestrales de esta tierra, que conserva su flora autóctona lejos de los eucaliptos invasores del noroeste. Cientos de rapaces sobrevuelan este bosque animado, contemplando como cambia de color con las estaciones.