Tres castillos en la torre de su iglesia, tres castros derramados en sus tierras. Tan antigua es esta villa que nadie conoce el origen de su nombre. Plagada de incógnitas y misterios, con más peregrinos que habitantes, es historia y es leyenda. Presente en el Códice Calixtino, es esencia del Camino, donde los árboles cobran vida y vuelven y vuelven siempre. Sus vestigios, en ruinas, conservan toda su fuerza para trasladarnos a aquellos momentos en los que el hechizo era parte de la vida.