A pie, en bici o en patines, descubra a su ritmo uno de los valles más bonitos de los Pirineos. A lo largo de este recorrido de 17 km hay carteles que le informan sobre los pueblos por los que pasa y los servicios que estos le ofrecen. ¡La riqueza de su patrimonio ciertamente merece un rodeo!
A ambos lados de la vía, otros itinerarios de senderismo le invitan con frecuencia a hacer escapadas que le encantarán si es de un natural curioso:
Los senderos de Lavedan
Los senderos de las riberas del Gave
Los senderos para bicicletas de montaña y de carretera
20 km
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max. 463 m
min. 385 m
144 m
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Accesibilidad | |||||||||||||
Estilos : SenderismoPaseoDescubrimientoEn el campo Públicos : FamiliaPersonas con movilidad reducidaNo videntesSordosDiscapacidad mentalPersonas mayoresCiclistasEscuelaAccesible con cochecitos/carriolas |
En 1858, las apariciones de la Virgen a Bernardita Soubirous al pie de la roca de Massabielle transforman la vida de esta aldea de 3.000 habitantes. Hoy, máximo exponente de espiritualidad, la ciudad acoge cada año a más de 6 millones de visitantes. Lourdes también le atraerá por su rico pasado cuya joya sigue siendo el castillo, antigua residencia de los Condes de Bigorre en el siglo XI, catalogado hoy como monumento histórico. La fortaleza alberga desde 1921 el museo de las artes y tradiciones populares más importante de los Pirineos.
Este bonito río situado en zona Natura 2000 nace en la gran cascada del circo de Gavarnie (la más alta de Europa) y luego se vierte en el Adour tras recorrer 193 km. En nuestro valle se han habilitado senderos y áreas de descanso a lo largo de sus riberas. En las aguas frías y oxigenadas del Gave de Pau vive la más salvaje de las truchas: ¡la fario! Para pescarla, pruebe el “toc”, una técnica típicamente pirenaica que consiste en dejar a la deriva en la corriente un cebo vivo en el extremo de una caña sin corcho. El regreso de la nutria al Gave es un indicador de la excelente calidad de sus aguas.
Puerta de los siete valles del Lavedan, en la confluencia entre el Gave de Pau y el Neez, Luagagnan poseía varias canteras de pizarra que aún puede divisar en la ladera de la montaña, cerca del pueblo. Como en todo el valle, la producción de castañas también formaba parte de los recursos locales. Un camino le conducirá al corazón de este pequeño burgo apacible con su pequeña plaza desde la cual podrá admirar una bella iglesia con campanario de muro que data del siglo XVIII.
Está en el territorio de uno de los municipios más pequeños del valle. El pueblo, acurrucado al pie de la montaña, ha vivido durante mucho tiempo de las actividades agropastorales tradicionales que según el tipo de ganado proporcionaban la carne, la leche, el queso y la lana. La apertura de canteras contribuyó posteriormente a su economía. El lavadero, la fuente, la iglesia… y las casas de arquitectura típica componían un bonito decorado en este marco campestre. Además, Ger significa «granja rodeada de praderas» en “patois”, el dialecto local.
En la loma, al pie del pueblo, se alzaba antaño el castillo de Castets-Gelos. Tal vez pueda adivinar las ruinas del torreón con su puerta apoyada en los contrafuertes. Esta fortaleza, construida en el siglo XIV por los Vizcondes de Lavedan, también contaba con un recinto que rodeaba la cumbre rocosa. Le gustará deambular por las callejuelas del pueblo para descubrir un pequeño y acogedor lavadero o la iglesia románica dedicada a San Martín que acoge a una Virgen sentada de madera realizada en el siglo XIV.
Fruto de la unión de tres pueblos, Boô-Silhen seduce por su patrimonio natural y cultural. Desde la Vía Verde, hará primero una encantadora parada en el estanque de Boô donde podrá disfrutar de un picnic en un marco bucólico. Luego, tras pasar Silhen, no se pierda la subida al Buala (591 m) desde donde tendrá una bonita vista a los valles de Argelès-Gazost y de Azun. Por último, seguro que le seducirán las armoniosas líneas de las iglesias románicas de Boô (siglo XII) y del Silhen (siglo XI), reconocidas monumentos históricos.
Se encuentra en el trazado de la antigua vía férrea que llegaba a Pierrefitte Nestalas desde Lourdes. Abierta en 1871, la línea fue electrificada en 1913. La estructura de jaula metálica del Puente de hierro alcanza los 56 metros y tiene una longitud útil de 4,55 metros. Comenzó a funcionar en 1884, remplazando a la primera obra construida 13 años antes. En 1898, fue inaugurado el recorrido que permitía alcanzar Cauterets en tranvía desde Pierrefitte. Hoy, puede llegar a Cauterets a pie o en bicicleta de montaña por el Chemin des Voyageurs que transcurre por el mismo trayecto.
La aldea de Ayzac ocupa las laderas del valle desde el año 1100 aproximadamente debido a una violenta crecida del Gave de Pau. La de Ost se acurruca a lo largo del fascinante pero caprichoso Gave de Bergons. Ambas merecen visitarse por la sólida y sobria elegancia de sus casas campesinas, construidas en el más puro estilo de Lavedan. Desde Ayzac, el sendero de Balandrau le conduce hacia un sorprendente ensamblado de bloques graníticos antaño llamado el Caillou de l´Enchanteresse. El glaciar depositó estas enormes piedras al retirarse, hace un poco más de 10.000 años.
¿Y si hace una pausa para descubrir la «capital» de nuestro valle? Estación climática, termal y turística, Argelès-Gazost le invita en primer lugar a descubrir su magnífico parque de estilo inglés y sus árboles centenarios. Luego, subirá a la ciudad alta donde todos los martes tiene lugar desde 1292 un famoso mercado. Su paseo, jalonado por numerosas fuentes, le conducirá hacia la Torre de Vieuzac (siglo XIII) y la Torre Mendaigne (siglo XVII). ¡Por último, no se pierda la rosaleda de la cascada donde la reina de las flores se presenta en 260 variedades!
Pueblo de tradición agrícola, Lau Balagnas nació de la unión de dos localidades en 1846. El complejo deportivo y acualúdico de Sailhet, los senderos de las riberas del Gave, el lago de Gaves, la presencia de muchas casas rurales y campings contribuyen a su dinamismo turístico y económico. La pequeña capilla de Sainte-Castère, encaramada en la cima de una colina constituye un destino muy agradable para una de excursión. Conocida desde el año 1168, fue reconstruida en el siglo XVII. ¡El municipio también es conocido por sus saludables manantiales y fuentes entre los cuales uno que fue residencia del Hada Margalide!
El Sailhet (zona boscosa a orillas del Gave) presenta un ecosistema imprescindible para el equilibrio natural del Gave de Pau. También encontrará el espacio acualúdico más grande de los Altos Pirineos donde le apetecerá nadar, jugar al tenis, practicar vóley playa… El lago de Gaves es un pequeño paraíso para los pescadores, ya que abundan las truchas fario y arcoíris. En invierno, extraordinarios pájaros como el somorgujo o el correlimos común vienen a descansar. ¡En verano, es usted el que parará para disfrutar de las mesas de picnic, de las barbacoas y de los senderos de excursión!
Este pueblo, en el que puede divisar la imponente abadía fundada en el siglo XII, es una de las joyas del valle. En la iglesia, podrá contemplar un órgano del renacimiento que data de 1557, indudablemente uno de los más antiguos de Francia. También descubrirá un apasionante museo de arte sacro y su Tesoro de más de 300 piezas. Pero Saint-Savin, también tiene un ambiente único con sus casas de los siglos XVI y XVII, su gran plaza donde reina una fuente «Wallace», sus magníficas vistas a las montañas y a la capilla de Piétat.
Dominado por el Castillo de Miramont (siglos XVII y XIX) el pueblo de Adast le invita a refrescarse bebiendo el agua fresca de sus fuentes. Aprovechará para ir al lavadero y su cabénère utilizada antaño para conservar la leche. Desde allí, podrá prolongar su paseo hasta Saint-Savin a través de un bonito sendero, y a la vuelta visitar la iglesia. Construida en el siglo XVIII, posee un frontispicio románico semicircular cuyo origen se remonta al siglo XIII.