Chapelle Notre-Dame

Las monjas ursulinas se instalaron cerca de la capilla de Saint-Michel, atestiguada ya en el siglo XIV, que acompañaba a un cementerio extramuros, frente a la puerta principal de la ciudad. Saqueado por los hugonotes, el santuario fue remodelado y ampliado por las monjas ursulinas nada más llegar, conservando la cabecera plana y añadiendo una bóveda de madera. La decoración en trampantojo fue modificada durante la Revolución, cuando el edificio se convirtió en la sede del club jacobino, pero el portal de entrada sigue llevando las armas de François de Sourdis. La configuración interior actual data de 1861, época de la reconquista católica llevada a cabo en Burdeos por el cardenal Donnet.