Esta es la casa rectoral de Nigrán, que fue propiedad del capitán de caballería Martín de Brito, quien la mandó construir en el siglo XVII con gran sobriedad. El interior no despierta gran curiosidad arquitectónica porque carece de excesos y de grandes ornamentos a pesar de las diversas modificaciones sufridas en los últimos siglos. Por lo tanto, en el edificio principal solamente destacaremos la escalinata grande de piedra y la solana cubierta y soportada por columnas toscanas.
Lo que sí merece un tiempo de observación es el ostentoso portalón de entrada, de estilo barroco y con una cornisa acabada en almenas de gran ornamentación. En la zona superior rematan cuatro pináculos bulbosos con una cruz central muy grande.