Esta espectacular panorámica está en uno de los puntos más altos de todo el municipio de Nigrán, que en un breve espacio de unos pocos kilómetros acoge monte y mar. Desde este lugar privilegiado y puesta de sol incomparable se observan los tres ayuntamientos que completan el Val Miñor: Gondomar y Baiona. Es el horizonte perfecto que apunta al final del Atlántico, a la misma América de la que se tuvo noticia antes que ningún otro europeo al llegar a estas costas la carabela Pinta. El camino continúa haciendo un lazo y retornando al mirador. Continuamos unos metros por la zona asfaltada, giramos a la derecha y continuamos por una vía estrecha en cuya parte final se ven las centenarias marcas de los tiempos en los que el único vehículo posible era el carro de bueyes. Y llegamos al lavadero público donde empezó todo.