La historia cultural de esta villa va ligada al Santuario de la Barca y a las Piedras de su entorno. ES objeto de culto mágico-religioso a lo largo de los siglos y de veneración para los miles de peregrinos que recorren el Camino Jacobeo de Santiago a Fisterra-Muxía.
El propio recinto religioso y el atrio que se extiende más allá del murete, hacia donde están las piedras «mágicas», con propiedades curativas y adivinatorias: la Piedra de Aballar (oscilar), la Piedra de Os Cadrís (Riñones), Piedra dos Novios (novios) y la Piedra de O Timón (timón). Son los restos de la embarcación en la que, cuenta la leyenda, llegó la Virgen por mar para alentar al apóstol Santiago en su evangelio.
El templo fue reconstruido varias veces, creyera que cuatro, la última vez en 2015.
Y además...
La romería de la Barca está reconocida como de Interés Turístico Nacional, recibiendo miles de visitantes en el mes de septiembre de cada año.