El de los petroglifos gallegos es un arte que se enmarca dentro de las manifestaciones artísticas de la edad de bronce y buena parte de la edad de hierro. Con formas muy variadas, estas figuras grabadas en la roca son, tal vez la más original expresión artística del mundo gallego y siempre dentro del esquematismo o la abstracción. En los petroglifos gallegos se representan figuras circulares variadas, laberintos, cazoletas, armas, escenas de caza, animales diversos, así como representaciones humanas de difícil interpretación.
Las grabaduras suelen estar situadas sobre las rocas graníticas en las zonas próximas a los cursos de agua, en laderas de vertientes montañosas o en colinas, la técnica consiste en un piqueteado con un instrumento que actúa a modo de cincel o bien con una continuada acción de abrasión por frotamiento con un instrumento cortante.
En Muros tenemos a Cova da Bruxa que es uno de los conjuntos más interesantes del arte rupestre gallego, tanto por su extensión al ser uno de los mayores de la zona como por su variada gama de motivos de alta complejidad. Figuras como ciervos, cánidos, equinos y una figura humana rodeadas de representaciones circulares parecen querer expresarnos alguna clave de lo que eran en su momento nuestros ancestros.