Dime de dónde vienes, y te diré quién eres. Las montañas aquí en el Norte son lugares brillantes, inhóspitos y seculares. Las pallozas de esta tierra ya eran antiguas cuando arribaron los romanos, nos trasladan a su origen celta, capaces de soportar la nieve que las inunda y la fuerza del viento que intenta derribarlas. Están hechas de pizarra, granito, madera de roble y paja de centeno. Richard Wagner las recuerda en Parsifal, queriendo encaminar el encuentro con el Santo Grial.